25 marzo, 2009

johnny cash parte I

Por que parte empiezo...no podría siquiera ser objetiva, pues johnny cash es mi ídolo, y también lo creo de muchos. He escrito y referido a su persona varias veces y se ha transformado en una de mis bandas sonoras favoritas .Adoro su música folk, que no necesariamente me hace sentir "yanki", pero si quizás cercanía en sus melodías con la que se oye en mis campos.Su voz, con templanza majestuosa y las historias y / o letras de sus canciones hacen recorrido por todas mis neuronas transformándose en exquisita sensación placentera a por mil-millones.

I WALK THE LINE


Le echo un breve vistazo a mi corazón
Mantengo los ojos bien abiertos todo el rato
Sujeto con fuerza el extremo de esa cuerda que apreta
Porque eres mía, camino por la línea.
Lo veo muy fácil para que sea cierto
Me encuentro sólo cada día que pasa
Sí, admito que estoy loco por tí
Porque eres mía, camino por la línea.
Tan seguro de que la noche es oscura y el día claro
Te guardo en mi memoria cada día y cada noche
Y la felicidad que he conocido prueba que es cierto
Porque eres mía, camino por la línea.
Tienes la llave para mantenerme a tu lado
Me das motivos para el amor que no puedo esconder
Por tí incluso he intentado luchar contra la marea
Porque eres mía, camino por la línea.
Le echo un breve vistazo a mi corazón
Mantengo los ojos bien abiertos todo el rato
Sujeto con fuerza el extremo de esa cuerda que apreta
Porque eres mía, camino por la línea.

COCAINE BLUES


Temprano, por la mañana, mientras hacía la ronda Me di un chute de cocaína, y pegué un tiro a mi chica Fuí directo a casa, a la cama, y guardé mi querido 44 bajo la almohada. Me levanté a la mañana siguiente, otro pico de coca, cogí la pistola y me fugé Fue una buena fuga, pero demasiado lenta, y me cazaron en Juarez, México. De madrugada, de vuelta desde Jericho Hill con el sheriff me dijo: -tú eres Willy Lee. Tu nombre no es Jack Brown.Tu eres el tipo que le pegó un tiro a su chica Y dije -si, mi nombre es Willy Lee. Si me ha arrestado, leame mis derechos. Le pegué un tiro porque me hacía ir despacio. Creí que era su padre, pero tenía 5 años más que yo. Cuando me arrestaron me vestí de negro y me subieron a un tren de vuelta. No tenía ningún amigo para pagar la fianza, y patearon mis cansados huesos dentro de una cárcel. A la mañana siguiente, hacia las nueve y media, ví al sheriff venir hacia mí. Tosió, aclaró la garganta, y dijo que me iban a llevar ante un tribunal. Comenzó el juicio, con 12 hombres honestos como jurado. Miré al juez, y le vía con la vista perdida, mirando a otro lado. Tras 5 minutos, entró el jurado, y el representante llevaba el veredicto en su mano derecha. Leído en primer grado, rogué a Dios que tuviera piedad de mí. El juez sonreía cuando me condenaron a 99 años en la penitenciaría Folsom. 99 años bajo techo, y nunca pude olvidar el día en que le pegué el tiro a aquella perra. Deja un momento ese whisky, y escúchame bien cuando te digo que dejes pasar de largo la cocaína.

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